La Fuente de las Tortugas ó Fontana delle Tartarughe.

Está situada en pleno centro histórico, en la pequeña Plaza Mattei escondida en el barrio judío y es una de las más bellas y especiales de Roma.

La plaza estaba en el centro de los palacios pertenecientes a la poderosa familia de los Mattei.

Fue construida a finales del siglo XVI en base a un proyecto de Giacomo della Porta. 

Su existencia está ligada a una leyenda romántica.

Parece ser que el Duque Mattei, para demostrarle al padre de su amada que era un hombre potente y rico, y no al contrario como éste pensaba. Mandó construir, en una sola noche, la espléndida fuente frente a las ventanas del palacio donde vivía su amada. A la mañana siguiente hizo que se asomaran a la ventana, para contemplar su especial regalo. 

El problema es que la fuente se construyó antes que el palacio.

La Fuente es una especie de bañera rectangular con aristas redondeadas. En el centro hay una estructura con cuatro conchas de mármol, estas sostienen un cuenco redondo de mármol africano. Coronado a su vez por unas cabezas de querubines por las que cae agua, en la bañera. En los laterales hay cuatro esculturas en forma de concha que recogen el agua. 

Más tarde se añadieron las esculturas de cuatro jóvenes. Estos están encima de delfines y con una mano sujetan a los delfines y con la otra ayudan a las tortugas a entrar en el pilón de la parte superior. 

Las esculturas de los cuatro jóvenes están atribuidas a Taddeo Landini.

Mientras que las tortugas que son las que dan nombre a la Fuente de las tortugas, se añadieron en 1658, son de tamaño más pequeño y obra de Bernini. 

En 1979 fue robada una de las tortugas, por lo que, actualmente, lo que vemos son copias de las originales.